Toda la obra de Cardenal fue sometida a destrucción, requisas y prohibición. En momentos del allanamiento a Editorial Quimantú, en 1973, se encontraba en proceso de encuadernación el libro Poesías Escogidas, que llevaba un ensayo introductorio de Ariel Dorfman al que este se refiere en su obra “Ensayos quemados en Chile”.