Bando N° 26, Junta de Gobierno, 12 septiembre 1973.

El Bando N° 26, emitido el 12 de septiembre de 1973, dio cuenta (“para conocimiento de la cuidadanía”) de la ocupación y allanamiento a la Editora Nacional Quimantú. Con este Bando queda de manifiesto la importancia estratégica asignada a dicho operativo (y por ende a Quimantú) para la instalaciónde la Junta Militar de Gobierno, al considerar que dicho allanamiento fue uno de los primeros realizados y la relevancia de las otras dependencias y locales allanados a que hace referencia este documento. A partir de este suceso la palabra “allanamiento” se impuso como una expresión familiar para los chilenos, como parte de la atmosfera golpista. El allanamiento, efectuado por tropas militares con armas de guerra de alto calibre y sin orden judicial sería la expresión táctica, contingente, de la violencia directa que infunde terror desde el Estado, tal como lo expresó el diario Tribuna del día 27 de septiembre de 1973; se trata de efectuar una “batida restauradora”, una operación de limpieza que arrase, despoje, haga una tabula rasa, que borre la totalidad de la memoria anterior. Es aquí que el allanamiento a Quimantú (y los allanamientos en general) “cumplen la función de advertir, alarmar, a la totalidad de la población, que deben medir si se está o no “en riesgo”: ¿tengo libros…que libros tengo…serán peligrosos…ponen en riesgo a la familia?” (Sepúlveda Contreras Manuel; Jorge Montealegre Iturra, Rafael Chavarría Contreras. ¿Apagón cultural? El libro bajo la dictadura. Santiago de Chile: Editorial Asterión, 2017, p. 61)